Gambas, gambas y más gambas
No daba un duro. Me lo había recomendado mi compañero de trabajo y, cuando llegamos a Times Square y vimos la cola que se desplegaba ante nuestros ojos, nos rajamos. Sin embargo, después de dar una vuelta por los alrededores y no encontrar nada decente (este restaurante es de los que cierra más tarde por la zona, exceptuando, claro está, Mc Donalds o cosas así) decidimos volver con "el rabo entre las patas" y esperar nuestro turno.
Al final, no hubo que aguardar tanto, además el personal, al más puro estilo americano, te ameniza la espera con canciones, bromas...
Una vez en nuestra mesa, disfrutamos de licuados de frutas, el trío de gambas (genial), camarones y vistas a los luminosos de Times Square.