Catavinos

Este pequeño y siempre abarrotado local cerca del mercado del Este se caracteriza por dos cosas: por su excelente tortilla de patatas (para mí, una de las mejores de Santander) y por una carta excepcional de vinos con la que se puede disfrutar desde un Viña Real por 1,80€ hasta un Vega Sicilia por 40€ la copa.

La parte superior aloja un comedor que rara vez está ocupado, en cambio, tanto el primer piso como un buen tramo de la calle siempre está lleno de gente de todas las edades que se dejan ver unos minutos por este bar.

Es cierto que tienen una excelente carta de vinos, pero debido a la baja calidad tanto en el sistema de conservación de los vinos (las botellas una vez abiertas no se les elimina el aire cuando se cierran, la se cierran, produciendo la oxidación del vino, y las neveras no son las adecuadas para los vinos, dandoles una temperatura demasiado fría y estropeando completamente el vino). Si le sumamos que las copas huelen fatal y están sucias, se convierte en un sitio bueno para que beban vino los adolescentes de 18 años,pero nunca puede considerarse un buen sitio para cualquier persona que pida un mínimo de calidad, y mucho menos para un amante del vino.