El Siete

Nuestros amigos vitorianos nos quisieron llevar a uno de los restaurantes más típicos de la ciudad, como es el restaurante El Siete, enclavado en pleno Casco Viejo en la calle Cuchillería o en la zona de la Kutxi, como se le conoce comúnmente.

Se trata de un restaurante muy típico en Vitoria, el cual da igual a la hora que pases que siempre tiene gente y si pretendes comer o cenar en él, te aconsejo que reserves hora porque sino será imposible encontrar mesa, de hecho ellos mismos te dicen que si hay mucha gente esperando que el café de después de comer lo tomes en la barra para evitar esperas.

Somos una familia con una nena de 18 meses.

Fuimos pronto, casi a la hora de abrir, sobre las 13:00. La atención fue muy buena, nos colocaron en una mesa para nosotros dos con el carro suficientemente amplia.

Ningún problema para que la niña comiera, para nosotros un menú del día por 17 € por persona, abundante, yo comí alubias y entrecot y Patri pidió Arroz y cochinillo, una botella de vino, pan y de postre Tarta Mouse de Chocolate con chocolate. A lo único que le pondría un pero, es a que el vino, venía abierto...

El punto de la carne bueno, el cochinillo exquisito (dan fe tanto Patri como nuestra pequeña), la atención muy buena también.

En una zona emblemática como la calle Cuchillerías no podemos pasar de largo de este estupendo restaurante. La relación calidad-precio es increíble y el servicio rápido y eficiente. Tiene una pequeña terraza y un salón dentro que se llena enseguida. El menú del día está en la media de la zona (15 euros) y la presentación de los platos no tiene nada que envidiarle a muchos restaurante más aparentes.

Me lo recomendó un revisor de la hora que pregunte donde come la gente local.
Un acierto. Menú diverso, bien presentado y con materia prima de primera.
La merluza todavía saltaba de lo fresca que estaba y el postre delicia vasca, buenísimo.
Comí fuera pesé a ser invierno y con la estufita se me paso el frío.

Bravas increíbles, y en la terraza, salón tienen unos radiadores que aparte de calentar destellan cuando tu pedido está listo. Imprescindible por precio y calidad

Estuvimos celebrando un cumpleaños y la comida fué estupenda, todos quedamos muy satisfechos y sorprendidos de lo bien que cocinan, yo comí una ensalada de ventresca muy bien presentada y potente y después un bacalao al club ranero que estaba deliciosos aparte de que se comía con los ojos por su delicada presentacion, la mousse de limón con coulis de mango puso el broche a la comida. Habis 5 platos de primero y otros tantos de segundo para elegir y todos estaban riquisimos. Hay que reservar porque va mucha gente y no puedes tomar el café en la mesa para dar paso a mas comensales pero no es problema

Sencillo pero para mediodía esta PERFECTO, sin dudarlo. El menú es un 10 relación calidad/precio...
Pescado fresco, buenas verduras y entrecotte de buen tamaño en el menú... Buenos postres y vino de la casa espectacular