No es que falten opciones para degustar el cordero asado en Segovia, pero a mi particularmente una de los lugares que más me gustan para probarlo es el Asadador el Bernardino. Se trata de un sitio clásico, de los de toda la vida y ofrece sus materias primar y platos típicos “sin compromiso”: cordero asado, fantástico cochinillo, muy buenas carnes de Segovia y de postre un Ponche Segoviano de los mejores de la ciudad.
El Bernardino lleva abierto la friolera de 72 años. De tradición familiar, según cuentan en su propia web, el restaurante lo abrió Don Mariano del Pozo Manso en 1939 y continuó la andadura su sobrino, Don Ireneo Álvarez, allá por 1974. Ahora son los hijos de este último quienes se encargan de mantener vivos los fogones de la casa, en la Calle Real de Segovia, según bajas por Juan Bravo hacia el famoso acueducto.
Me senté en una mesa de dentro, atendido muy amablemente, mientras tomaba el vino de la casa, áspero pero armonioso. Agradable, lo que ya es de mencionar si tenemos en cuenta lo que ponen en algunos sitios junto al menú. En Segovia el tema del vino bueno no es ningún problema; en todos los sitios que he visitado había una estupenda oferta de caldos para mesa y barra.
No entiendo valoraciones altas, sitio desfasado de época, la mayoría de comensales son turismo borreguil con comida incluida en el Tour con detalles muy feos como ponerles un trozo de tortilla cuando entran y si vas de carta en la que te vas a gastar mucho mas no te lo ponen y lo pregunte,Sangría a 20 € 90% de gaseosa barata y 10 de vino peleón, cordero tostado y crudo, me lo lleve para los perros, 4,60 un café horroroso, una decepción total
El cochinillo cortado con cuchara un manjar y la sopa castellana muy rica
El ponche segoviano hay que probarlo, una delicia
Típico restaurante segoviano para comer platos típicos de Segovia. Recomiendo trucha a la segoviana y que el camarero no te sirva una trucha tan pequeña, que parezca una sardina. Eso si, los precios no son pequeños. Son poco amables y tienen terraza exterior.
El cochinillo que yo comí estaba correoso; lo habían recalentado. Se lo dije al camarero y me puso cara de extrañado... como si él no lo supiera. Había muchos sitios libres, pudimos elegir mesa.
