Todo un clásico
A medio camino entre Asturias y Madrid, se encuentra Benavente. Y una parada más que imprescindible es El Ermitaño. Este complejo incluye salones de boda y hasta una capilla para que te puedas casar y todo.
Estuve este fin de semana pasado y vi que no ha variado mucho. Me comí un lechazo (tiempo ha que no lo comía) que retrata la más pura tradición castellana de este manjar.
El chef Pedro Mario nos recomendó otros platos como los canutillos de cecina rellenos de hígado de pato y un postre de 3 chocolates.
Después la vuelta a casa se notó un poco difícil con todo el empacho jaja.
El desván que tienen en la parte de arriba es de lo más acogedor para tomar un café, porque puedes leer la prensa o jugar al billar.