Posiblemente tóxico
El sitio estaba vacío y ahora lo entendemos. Ibamos 3 familias, 6 adultos y 6 niños.
El hombre, con la camisa más sucia que he visto en mi vida, se empeñaba en que nos íbamos a quedar con hambre para que pidiéramos más. Menos mal que no le hicimos caso porque había poco aprovechable. La cocinera también iba con la ropa muy sucia. Podría haberse quedado en la cocina y nos habría ahorrado esa visión.
El consomé y la sopa eran agua sucia, y el sabor era una mezcla entre ajo y vinagre. El jamón ibérico lo llamaba así porque es de la península Ibérica. El queso no estaba malo. El farinato era un huevo roto con restos de algo rojo que prefiero no pensar en qué era. Además, totalmente avinagrado. Las patatas revolconas, también avinagradas. Le pedimos una botella de Rivera y nos puso una que no era Rivera, y que también era un vino tirando a malo. Las croquetas eran pasables, pero las patatas que las acompañaban eran congeladas, y prefiero no pensar desde cuándo.