El gran clásico de Barcelona
El Xampanyet es, sin dudarlo, la esencia de lo que es la Barcelona más típica. Desde el año 1929, esta taberna, bodega, ha generado uno de los ambientes más increíbles de la Ciudad Condal.
Sus anchoas, su Xampanyet (vino blanco espumoso), sus tapitas de riquísimos quesos, el bacallà, los tomatitos, las patatas rellenas, y un largo sinfín de platos para elegir.
Diferente, auténtico, un lugar recomendable para la charla, para la terturlia, sobre todo por la mañana. El sitio obligado que los de Barcelona enseñamos a los que vienen de visita. Es increíble el número de guias que recomiendan el lugar como uno de los imprescindibles si vienes a Barna.
Guiris, niñas/os bien, tertulianos, autóctonos, grandes, pequeños, jóvenes, mayores, todos/as hacemos lo imposible por entrar y degustar sus tapitas.
Ayer a las 19:00 horas (hora de apertura por la tarde), ya había gente haciendo cola, esperando para coger mesa, o simplemente para entrar y poder contar en algún foro que ha estado en el que es, para mí, uno de los lugares más auténticos de Barcelona.
La mama (con un espíritu y una fuerza increíble, no para), el papa (al frente de la barra), el hijo (de una simpatía y un saber hacer exquisito) y un grupo de encantadores/as camareros/as hacen que te sientas de maravilla. Son simpatiquísimos, realmente le dan la identidad al Xampanyet, y te da igual estar de pie, rodeado de personas, casi sin espacio. Uno está en el Xampanyet y se te olvidan los problemas (sobre todo cuando has bebido un par de copitas del vino espumoso que le da la fama).
Acabas haciendo amistad con todo el mundo. Sin dudarlo, otro de mis top ten de Barcelona. Después, tienes la calle Montcada para acabar de disfrutar de una buena jornada, con el museo Picasso y las impresionantes casas góticas del barrio del Born.


