Comida en familia
Para despedir bien el año, decidimos ir a Turégano el día 30 de Diciembre. Visitamos el exterior de su castillo y después disfrutamos de una buena comida en este restaurante. El comedor no es muy grande y es conveniente reservar con antelación, y si se quiere degustar el maravilloso asado de cochinillo la reserva es casi obligatoria.
El servicio es muy bueno, amable y casi familiar.
La cocina es correcta y de buena calidad. Probamos los entrantes (revuelto de setas, croquetas caseras, ensalada...)y de plato fuerte, como ya he comentado, un cochinillo excelente, en su punto justo.
La carta de vinos tiene variedad y calidad para acompañar la comida.