Hará unos siete años que acudo a...
Hará unos siete años que acudo asiduamente a este restaurante y siempre he quedado muy contenta, el trato que ofrecen las Hermanas Camps y su hijo es muy cercano, atentos a cualquier indicación, de servicio rápido y pasando por las mesas para ver si todo está al gusto.
Entre semana no reservan mesa y sirven el menú por 13€, incluye vino blanco y negro, agua, pan y postres; las cantidades son generosas incluso siendo menú; y aparte de los platos del menú te "cantan" los cuatro o cinco platos del día. El tipo de comida que sirven es típicamente catalana, primeros de cuchara o ensaladas y los segundos guisados o carnes a la brasa, estos últimos vienen acompañados de patatas fritas y all i oli. Las patatas de claro sabor casero las traen en un plato a parte y la ración es más que generosa, lo que también está muy bueno son las verduras a la brasa, hechas en fuego de leña, pues la parrilla está colocada en el fondo de la sala y se puede ver como se van cociendo. Los postres también para relamerse, mi favorito, la crema catalana, aunque a estas alturas el estómago ya pide un descanso, así que para terminar una buena infusión digestiva o un licorcito.