Restaurante La Abadia

Culminamos nuestra tarde de paseo turístico decidiendo ir a cenar a este restaurante. Antes de encaminarnos hacia allí habíamos leído las opiniones en esta aplicación y habíamos quedado encantados. Hicimos reserva eso sí, importante saber que para comer o cenar se pone hasta la bandera.

Nos tocó esperar 10 minutos mientras que otras mesas se iban vaciando. El sitio desde luego espectacular. Muy bien para tapear en la zona de arriba o bien si quieres cenar de carta como hicimos nosotros.

Pedimos algo para compartir, nos champiñones rellenos de jamón y queso y salsa de tomate con

Nunca comerás mal en Toledo, eso por descontado. Pero hay algunos locales que, por una razón u otra, son bastante conocidos. Es el caso de La Abadía, restaurante de uno de los hosteleros más reconocidos de la ciudad, que ha abierto varios locales diferentes,

La Abadía es un sitio muy interesante. Hasta llegar a él ya resulta divertido, paseando por las estrechas calles del casco histórico. En la planta de arriba, la barra del bar. Para tomarse unas cañas de forma agradable. Y lo mejor, en la planta de abajo: Las cuevas.

La comida es fantástica. Tiene un puntito de original y moderna y, al mismo tiempo, respeta la tradición y la comida local.

La Abadía es un restaurante de tapas típico en Toledo, tanto para turistas como para locales.

La planta que da a la calle suele ser para tapas, pulgas y raciones. Tienen para todos los gustos, no puedes irte sin probar las carcamusas o las sartencillas. La cocina es una mezcla de ingredientes tradicionales con un toque de fusión y todo a buen precio.
En las cuevas de la planta inferior puedes comer más de carta o menú, pero mejor ir con algo de antelación en días concurridos porque se llena.

Por lo menos el dispensado por Alejandro,el camarero que nos atendió,comida excelente,y ambiente agradable,para no perdérselo,aconsejable ir por la tarde y hacer reserva para la noche ,a ser posible en la cueva.sí se va comer,pues reservar por la mañana ya que en horas puntas ya sea almuerzos o cenas,siempre esta lleno.

Tomamos un par de cañas. Todas con su aperitivo correspondiente.
Con la primera ronda, dos empanadillas pequeñas y una especia de pasta picante con pimiento rebozada.
Con la segunda ensaladilla rusa.

Un bar con gente de diversas generaciones. Muy agradable.
Camareros serviciales y secos de carácter.

Magnifico lugar para comer en el casco viejo de Toledo. Buena comida un poco mezcla de la tradicional cocina de caza castellana con un toque moderno y a buen precio. Mucha gente a la hora del aperitivo y, si no reservas con antelación, veo difícil que te den de comer.
Personal muy enrrollado.
Pidas lo que pidas, seguro que aciertas. Por cierto, guarda un espacio en el estómago para los postres.

Comimos de lujo una parrillada para dos que estaba buenísima en especial el ciervo, distintos tipos de cerveza de grifo.
La mesa estaba la planta baja, al estilo cueva muy buena Iluminación, agradable lugar altamente recomendable. Volveremos, precios acordes para el servicio; no se sí fueron 33 euros los dos sin postre.

El sitio está fenomenal, aunque vale la pena no acercarse a hora punta, pues sin reserva resultará imposible comer o cenar sin un par de bebidas previas en la barra. La presentación muy cuidada respetando las recetas tradicionales de la localidad. Sin duda repetiré cuando vuelva.