Un lugar entrañable en Playa Blanca
Esta historia comienza en un Lanzarote de hace más de 40 años, cuando Playa Blanca era un pueblecito en el que lo único moderno y boyante eran los alemanes que comenzaban a descubrir la isla.
Un chaval de apenas 8 años, para ayudar a la economía familiar comienza a trabajar en uno de los pocos restaurantes de la playa. El trabajo es fácil de imaginar y también el trato: duros. Mientras friega platos y cazuelas el crío va observando y aprendiendo el manejo de cocina y alimentos, es inteligente y memoriza o apunta. Con el tiempo llega a ser un notable cocinero que sigue atento a la evolución de la restauración y que mantiene intacta su capacidad de constante aprendizaje.