Lala
Era nuestro último día de estancia en e...
Era nuestro último día de estancia en el país tunecino y estábamos más que hartas de la nefasta comida monotemática (ensalada de col, pollo y naranja) que nos ponían en los buffets de los hoteles o en los restaurantes de la ruta, así que decidimos darnos un pequeño homenaje y comer a la carta algo diferente. Como no teníamos mucho tiempo (a las 15h nos venían a recoger para llevarnos al aeropuerto), al final comimos en el restaurante Lala Kahlia, que es el restaurante a la carta del Hotel Monastir Center, donde nos alojábamos.
El restaurante se encuentra en un pequeño edificio independiente del edificio principal del hotel, justo enfrente de la piscina. Como hacía un día espléndido, nos sentamos en una mesa de la terraza, al aire libre. Éramos los únicos clientes, puesto que lo habitual es que la gente tenga contratadas las comidas, y éstas son en el comedor buffet, así que enseguida vino el chef a atendernos con suma amabilidad, y creo que se quedó con la idea de que éramos unas turistas ricachonas españolas.
En la carta había de todo, varios entrantes, carnes y pescado. Nos dejamos recomendar, y elegimos de primero una especie de salpicón templado de pulpo y calamares que estaba exquisito. Los segundos fueron: Una lubina a la parrilla y un solomillo de ternera con mantequilla; éstos estaban bien pero sin grandes alardes, y el solomillo no era tal, pues aunque la carne estaba tierna había un trozo que era puro nervio. Lo más gracioso fue lo que nos ocurrió con el postre: Yo quería algo de fruta, y el chef nos ofreció (por lo que le pudimos entender), un variado de frutas que pensamos se trataba de una macedonia, pero cual fue nuestra sorpresa cuando nos trajo un plato que contenía nada menos que: Una manzana, tres naranjas, un plátano y unas cuantas fresas. ¡Así, piezas enteras, sin pelar ni nada! Pasamos unas buenas risas con la "macedonia tunecina". También nos trajeron, por cortesía de la casa, unas copas con una bola de helado de limón.
La verdad es que para ser Túnez (donde puedes comer por 3 o 4€), no fue una comida barata, salimos a 20€ por persona, pero comimos bastante bien, y hay que tener en cuenta que es un restaurante a la carta de un hotel 4 estrellas en una de las zonas más turísticas del país, y además, pedimos una botella pequeña de vino blanco, y el alcohol en Túnez es carísimo, así que la cuenta no me pareció para nada excesiva. El trato fue súper amable, teníamos a nuestra disposición al chef y a su ayudante (un chico joven que parecía bastante inexperto); un servicio bien atendido, pero sin agobiar.
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