Carísimo, lentos y calidad justa
Este mesón asador en pleno centro de Cuenca tiene el estilo típico de cualquier mesón, con sus sillas de madera y cabezas de animales disecadas.
En cuanto a la comida, ofrece una carta compuesta principalmente de carnes. Fuimos a cenar dos personas, que pedimos un chuletón poco hecho, oreja de cerdo y un pincho moruno, a parte de los postres.
Tras esperar más de 1 hora en que nos sirvineran, sin estar lleno del todo, llegó el chuletón, el plato en el que en teoría son especialistas. Estaba hecho bastante más que en su punto, cuando se había pedido poco hecho, y además costando 25€. La carne aún por encima estaba bastante dura, y era casi todo hueso. Un atraco en toda regla.