Carne de buey en Segovia
A Segovia no se va solo a comer cochinillo: también buey. Casi igual de ligero y rico. El restaurante El Riscal lleva desde allá la década de los 50 criando bueyes y sirviendo el resultado. De comida familiar de las grandes fui a parar allí, a Carbonero, un pequeño pueblo segoviano en el que el principal atractivo es este restaurante, con capacidad para unas 160 personas. Fue como volver a comer carne por primera vez: vegetarianos, odiadme, pero con esos filetes de buey recién cortados, servidos aún crudos y con una plancha en la que cada uno se los hace a su gusto (vuelta y vuelta, GRACIAS) casi se me saltan las lágrimas. Va, no. O sí.
La carne la sirven acompañada de patatas y ensaladitas. De entrantes (de diez, por cierto), tomamos carrilleras guisadas, queso de cabra con salsa de miel bastante rebajada, col preparada con mermelada (viva lo agridulce, no me cansaré de repetirlo), croquetas de jamón y carpaccio. ¡Y el postre también genial! Probablemente casero, un surtido de helado morado (¿?), requesón, trufa...
Calculo unos 30 por cabeza. Más de evento familiar que de experiencia íntima.
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