Aspirante a estrella
Esta Semana Santa hemos ido por primera vez a este restaurante, ubicado en un barrio periférico de León, lo que facilita el aparcamiento. Nos habían hablado muy bien de él y lo queríamos comprobar personalmente.
En primer lugar, llama la atención los contrastes que surgen entre la ubicación, cierta parte de la decoración, ambiente y comida. Se ofrece una cocina elaborada, creativa y de calidad, con menú degustación (38 €/persona sin vino), algo que esperas ver en un restaurante céntrico de estética minimalista y moderna. En este caso, ya hemos alusión a que es un barrio en la afueras, la fachada del local es pequeña y prácticamente pasa desapercibida, a pesar del escaparate con la carta y con detalles de pizarra y elementos vegetales. En el interior, tras una la entrada con barra, se sitúa un comedor rectangular preparado para unos 30 comensales con ciertos detalles que crean una atmósfera íntima y moderna (luz indirecta, música ambiental) y otros muy chocantes como sillas rústicas de madera maciza.