Sabores coreanos
Su nombre no es que sea muy explícito y su interior tampoco da pistas sobre qué tipo de cocina nos encontraremos en sus platos, aunque si vemos a sus camareros ya casi casi podemos acertar. Y es que en este restaurante sirven comida coreana y japonesa, a pesar de la sobriedad y sencillez de su decoración. Yo sólo os hablaré de la coreana, que es la que probamos y por lo que tiene más renombre este local.
Es un restaurante de corte familiar y tradicional, regentado por una familia de origen coreano que atienden con mucha profesionalidad a sus clientes. Pues, a parte de la comida, me gustaría resaltar la atención de su personal, muy atento y servicial, te aconsejan sobre qué elegir, te explican en qué consiste cada plato y qué diferencias hay entre los distintos tipos de cocina que sirven, eso sin perder la sonrisa en todo momento. Durante el día sirven menú, y por la noche se puede degustar la carta, que a parte de los platos sueltos, ofrece menús para aquellos que nos cuesta escoger.
Nosotros escogimos el menú degustación Gaya, que es el que mejor representa el estilo de cocina coreana, según nos dijo Steve, el encargado del local. Sale por unos veinte euros por persona e incluye: 2 entrantes con 3 acompañamientos, 3 platos principales, postre y té, como véis muy completo y de raciones abundantes. Los sabores son fuertes pero nada que no se pueda aguantar, de todo lo que probamos del menú lo que más nos gustó fueron las empanadillas de carne (no recuerdo su nombre en coreano) y en especial las deliciosas creps coreanas, una especie de tortitas calientes con azúcar moreno fundido, una auténtica delicia! No os vayáis sin probarlas.
No puedo enseñaros fotos porque me llevaron a cenar por sorpresa y no llevaba la cámara encima, pero un sitio así merece ser recomendado.
Llegaréis hasta él si bajando en las paradas de metro de la L2 Quevedo o la L4 o L1 Bilbao.