ANADEL
La cena de este hotel restaurante de Andorra es casera y contundente.
Me enseñaron que preparar un pan con ajo, aceite, sal y tomate tiene un proceso, y los platos preparados por el matrimonio encargado del negocio están bien condimentados.
Muy ricos los canelones, aunque mejorable el guisado de ternera con la salsa espesa en exceso, y un detalle que te frían las patatas frescas al momento.
No he podido dejar de enviar la foto de la luna con la ermita abajo, es el paisaje entre altas montañas que te encuentras antes de llegar a la habitación, una de las cinco que hay unos metros más abajo.
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