Eduardo Villuendas Otal
Buena cocina, desesperante servicio
Las raciones son generosas y buenas. Los chipirones afogaus, las croquetas, las perruchas, loas calamares .... Todo muy recomendable. El problema es el escaso personal, que ralentiza hasta la desesperación la traída de algunos platos y desde luego la cuenta. Esto le hace perder puntos. El precio es correcto, ni caro, ni barato.