Restaurante Ruta de la Plata (cerrado)

Este restaurante, situado muy cerquita de la Universidad Pontificia de Salamanca, ofrece una gran variedad de platos caseros en su carta y menú; a muy buen precio, de buena calidad y con un trato muy amable; resumiendo, el Patio Chico es, un sitio muy acogedor.
La carne abunda por toda esta zona castellana, y claro, es que con algo habrá que acompañar a “ese pedazo de vino que quita el sentío”, (bueno, es que el Rivera de Duero…qué os voy a decir, que no sepáis?); pues el solomillo a la pimienta del menú, o la sopa castellana (que en invierno devuelve el calor al instante), acompañados de un “riverita” y postre, es lo que yo tomé ,pero el menú tiene muchos platos (pescado poco); todo esto, por 12€/ persona (las raciones son grandotas).

También llamado "El Patio Chico", este restaurante está situado en pleno centro de Salamanca.
Lo descubrimos casualmente y la verdad que fue de lo mejorcito, gastronómicamente hablando, de la ciudad.
Pronto nos dimos cuenta que estábamos en buen sitio cuando comenzaron a llenarse la barra y las mesas de gente.
Como en casi toda Castilla, con la bebida: Una tapa. ¡¡Y QUE TAPAS!! Desde costillas, pasando por ensaladilla rusa, mejillones, albóndigas, chorizo a la parrilla, panceta...
Si las tapas están ricas más aún su carta de raciones. A pesar de contar con una parrilla muy pequeña no dejaban de sacar platos continuamente de la misma realmente deliciosos. Muy buen embutido y muy buena carne para asar.

Hemos ido a la Ruta de la Plata guiados por algunos de los comentarios publicados y debo decir que ha sido una experiencia nefasta. Hemos decidido entrar, al ver en el menú el cochifrito. Dicho plato ha consistido en varios trozos de cochinillo completamente quemados. Totalmente incomestible y así se lo hemos hecho saber a la camarera que nos atendía. La respuesta ha sido que lo sentía, pero que ya no les quedaba ninguna ración más. Increíble siendo las 2 del mediodía y estando el resto de mesas todavía pendientes de que les tomaran nota. Lo más sorprendente es lo sinvergüenza que tiene que ser quién prepare los platos para ser capaz de servir la comida en esas condiciones.

Pedimos dos menús ( cuyo precio era 16,50 € ) e incluía “bebida, cerveza o vino”. Solicitamos una botella de vino y casera. Después solitamos una segunda botella de vino.
Nos cobraron las dos botellas del vino a un precio de 20 €. Según ellos en ningún momento se ofrece botella de vino, si no una caña o una copa de vino al pedir el menú ....al solicitar la botella de vino, no nos aclara el camarero, que solo era incluida una copa de vino por menú....Aceptaría pagar la segunda botella de vino, pero no las dos desde luego.
Deberían especificar en la carta del menú que se incluía una COPA de vino, o al menos el camarero avisarlo. Esto es engañar a la gente y robar directamente.

Lo hemos probado gracias a vuestras críticas, la verdad es que vale la pena.
El servicio muy atento, los pinchos muy buenos y el precio ajustado.
Os lo recomendamos.

Es el antigüo Patio Chico. Fuimos aquí porque lo vimos en minube como muy recomendado y la verdad no es para tanto. La terraza llena y las mesas demasiado juntas, parecía que estábamos comiendo en la misma mesa que los de al lado con la inevitable conversación de cortesía. mejor si comes pronto porque sino te pilla el sol a pesar de las sombrillas. El trato del camarero la verdad muy muy bueno, la comida bien pero para mi gusto un poco cara para lo que es. Nosotros pedimos una ensalada de la casa y una parrillada de cerdo ibérico. La ensalada normal pero la parrillada para los 25 € que cuesta un poco escasa.