Paseando por las antiguas calles de...
Paseando por las antiguas calles de Faro y siendo la hora de comer, después de ver algunos restaurantes y sus consiguientes cartas nos encontramos con uno en el que a su puerta nos invitó uno de los camareros a entrar muy amablemente.
Se trata de uno de los restaurantes más originales de cuantos hemos conocido, es más o menos como el Pizaa-Jardin que conocemos pero con otro ambiente. La decoración a pesar de ser todo lo estrafalaria que se quiera no por ello deja de ser curiosa. Al fondo del local de encuentras con un comedor en una especie de jardín donde puedes observar desde una antigua bicicleta de carreras, un no menos antiguo moledor de café, hasta inovidables carteleras de peliculas.