Para tocar el cielo con el pulpo, los pescados, las vieiras...
Con un albariño estupendo y las mejores vistas a las Islas Cíes, que con el intenso azul del mar te dejan con ganas de siesta.
No es barato pero merece la pena el homenaje de vez en cuando y la comida está a la altura del precio. Los camareros son muy atentos y agradables.
La decoración no destaca especialmente, pero con esas vistas nadie mira a ningún otro sitio :-) La terraza en verano seguro que es muy agradable, aunque yo estuve con algo de fresco y comí dentro. Las vieiras y el pulpo me encantaron!