Muy cerca de la catedral, justo al...
Muy cerca de la catedral, justo al ladito de la plaza, hay una calle en la que se estilan por doquier las terrazas de verano de los restaurantes más de moda de la ciudad. Estamos hablando de restaurantes bastante caros, de lujo para los locales (no hay más que ver los coches aparcados en la cercanía). Para el turista, cenar ahí es un capricho. Si bien es caro, una vez es posible si lo que se quiere es probar la alta cocina local en los lugares más cool del momento (unos 30 euros por persona).
Los platos no se salen de lo tradicional en Hungría: Fundamentalmente carne. Pero están deliciosos y, además, son abundantes.


