El casco antiguo de Barcelona
Si hablo del Barrio de la Ribera seguro que muy pocos lo conocen. Actualmente es más conocido por el Born, por el Mercat de Santa Caterina, por Santa María del Mar, por el Museo Picasso o el Parque de la Ciudadela.
Vilanova de Mar, así se conocía en sus orígenes este pedazo de entremado de calles que resulta uno de los lugares más interesantes, fascinantes y bellos de la ciudad condal, llamado de la Ribera porque antaño tocaba con la ribera del mar.
Preside el barrio la maravillosa Santa María del Mar (desde hace unos años sobreexplotada debido a la novela "La catedral del Mar"), centro de la Barcelona de los siglos XIII al XV. Nobleza y señorío le otorga la archifamosa calle Montcada repleta de palacios (y de turistas dependiendo de la hora) de preciosa fractura. La calle Montcada fue en su época lo que el Paseo de Gràcia representa en la nuestra. El Palau de la Música le aporta el toque modernista y de resurgimiento del sentimiento catalanista.
Barrio de apreciado entramado mediaval, donde calles, callejuelas, plazas y paseos nos recuerdan los oficios y los gremios de aquellos habitantes que trabajaron y vivieron en el que para mí es el verdadero casco antiguo de la ciudad. Calle de la Esparteria, dels Sombreres, dels Mirallers. Si a todo esto le añadimos que una gran parte de la muralla de la antigua Barcino se encuentra en su entramado urbano, nos confirma el valor patrimonial, histórico y cultural de este Barrio. No dejar pasar la pequeña y alucinante capilla de la Mare de la guia o d'en Marcús, única iglesia románica que se conserva en la ciudad condal.
Si eres de esas personas amantes del shoping más cool, fashion o exclusivo, o simplemente adoras la tiendecitas más escondidas, más recónditas y auténticas, y odias el mundo de la "marca", el barrio de la Ribera es, también, tu lugar.
Sólo puedo dar un consejo: camina, piérdete, déjate seducir, disfruta y experimenta todo lo que esta zona de Barcelona te ofrece. Como siempre, encontrarás bellos rincones donde llenar el estómago, donde sentarte a charlar con los vecinos, con los autóctonos o con los enamorados, como yo, de este barrio.
En una ciudad como Barcelona, con tantos y tantos rincones maravillosos, increíbles, de película, y podría seguir con los adjetivos, se hace difícil decantarse por un solo lugar, pero yo me mojo. La Ribera, mi number one.
Cuando paseo por este barrio recuerdo por qué me enamoré de Barcelona.
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