Entre el bullicio de las terrazas de la ribera del Duero, puedes transportarte a otra época y vivir el Oporto más auténtico degustando los platos y caldos de su región.
Colorido en las calles de Porto.
Es algo característico de la ciudad, el color de las fachadas de sus casas en el casco antiguo, algo que le imprime carácter y marca un estilo colorista y alegre.
Nada más dejar el coche en el aparcamiento, lo primero que hice fué coger la máquina y el paraguas y liarme a hacer fotos como un loco. Ante mis ojos tenía unas de las mejores vistas que he disfrutado de una ciudad.
Casas antiguas con un colorido espectacular, calles de empinadas cuestas, numerosas cúpulas de las iglesias de Oporto y allí abajo, casi en el río, numerosos restaurantes, cafeterías y tiendas esperando la visitas de los turistas.
¡Cuanto me recordó a Salvador de Bahía!.
Oporto es una de mis ciudades favoritas de Portugal, y lo más bonito para son los alrededores del Río Duero (Douro), donde se pueden ver cientos de casas pintadas de diferentes colores, los diversos puentes que cruzan el río ( el más famoso el Puente metálico Luis I), los barcos que lo recorren, las terrazas de los cafés y los restaurantes. También se pueden ver las bodegas de vino al otro lado de la orilla del Duero.
En esta zona hay un ambiente muy animado y turístico, pero cuidado! no es España y los horarios son diferentes. Si queréis comer hacedlo antes de las 2 y si queréis tomaros
La vista que os presento es desde el puente Luiz I, obra del ingeniero francés Eiffel, sí, el mismo que el de la torre parisina... La vida de la ciudad, más en la antigüedad, pero también ahora, gira en torno al curso del río, ya que es, a través de su cauce, por donde se transportaba el mosto desde la zona de recogida de la uva hasta las bodegas y de las bodegas a los lugares de exportación, ya que la ciudad de Oporto, acoge la desembocadura del río. Lo que vemos en la fotografía a la derecha, es la actual ciudad de Oporto y a la izquierda, lo que hoy día es, Vilanova de Gaia, que es donde se
Partiendo de Huelva, dirección Galicia en automóvil, decidimos hacer un alto en el camino y pernoctar en Oporto. No nos desfraudó, tanto nos gustó que finalmente pasamos 2 días y 2 noches. La Ribeira, las bodegas, sus vinos, su casco histórico con sus estrechas callejuelas, sus puentes. ¡Fascinante Oporto!, la Ciudad de los Puentes. Paseando por los alrededores del viejo Puerto , después de cenar en un pequeño restaurante marinero, disparé esta instantánea: Atardecer sobre el río Duero ,con las tradicionales Rabelas y el Puente Arrábida al fondo.
El mejor atardecer que he visto, no se puede discutir que Oporto tiene uno de los mejores atardeceres urbanos de Europa.
Lo que más me llamó la atención de mi viaje a Oporto fue la ribera del río Duero, y especialmente al atardecer. Es probable que sea un tópico, pero el atardecer es precioso, y si lo visitas de noche tampoco pierde su encanto.
Oporto tiene muchas posibilidades para todos amantes de la fotografía. En la época en la que visité la ciudad era en Junio, más concretamente en las fiestas de San Juan, por lo que había mucho ambiente por las calles.
El Rio Duero o Douro como lo llaman más allá de nuestra ofrenta en el Oeste, no tiene un nombre casual. Si has estado en su rivera, viendo caer la tarde sobre sus aguas, sabrás que devuelve un color dorado intenso hasta bien entrada la noche. No hay nada como sentarse y esperar con una cerveza fresquita, como el Duero refleja el sol de la tarde hasta que se esconde tras el Atlántico en la misma desembocadura.
La mejor manera de visitarla es hacerlo en un crucero por el río duero.
A su orilla hay muchas terrazas donde poder comer con unas magnificas vistas
Sin duda el paseo del Douro es como la Venecia del norte de Portugal. Puedes hacer el paseo en barco o caminando por la ribera del río. Hermosas vistas, puedes tomarte algo refrescante en verano en los cafés situados a ambos lados del río o simplemente sentarte a contemplar el paisaje.
