Cristina E Lozano
Pensemos que es un río, ¿vale?
Puede que el desagüe más bonito del mundo se encuentre en Laredo. De hecho se ve tan bello tan a menudo que los vecinos del pueblo no llaman a este riachuelo más o menos turbio ‘desagüe’ sino río, el río Mantilla. Quizá dejará de ser misteriosamente desagüe o quizá nunca lo fue.
Se ve precioso desde el paseo marítimo que borde la Salvé, especialmente si ha llovido un poco porque el caudal aumenta y se aclara. Si vas andando por la playa notarás cómo llegado un punto de repente empieza a caer agua por la arena. Mejor lleva playeros buenos o quítatelos. No temas por la profundidad, apenas es de unos centímetros (vamos, lo suficiente para llegar con los pies mojados a casa).
En defensa del Mantilla y de su condición de desagüe diré que nunca jamás vi nada turbio en sus aguas, ni suciedad ni basura. Quizá, después de todo, haya ‘cosas’ que si depuren las aguas residuales que los humanos nos empeñamos en verter al mar.
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