Río Moldava

Bajamos la colina de Vysehrad y de golpe, nos encontramos de nuevo con el Moldava. El primer trecho está gobernado por varios embarcaderos y los patos y cisnes que a esa hora mandan sobre el agua, esperando unas migas de las manos de los humanos.
El Masarykovo nabrezi luce una serie de asombrosas fachadas art nouveau. En el nº 32, de color verdoso, estaba la antigua embajada de Alemania del Este. En el 16 esta la casa de la Coral Hlahol, construida en 1906 por Josef Fanta para una sociedad coral patriótica asociada con el Resurgimiento Checo. Está engalanada con elaborados motivos musicales y coronada por un gigantesco mosaico que retrata a la Música; la divisa inferior dice " Dejad que la canción llegue al corazón; dejad que el corazón llegue a la tierra natal"....

El Río Moldava, o Vlatva en checo, es el río que atraviesa la ciudad. Allá a donde vayas, el Barrio Judío, la Ciudad Vieja, Mala Strana, la Ciudad Nueva... el agua te acompaña. Se pueden hacer cruceros por el río, y no son muy caros. Gracias a este río, se construyeron muchos puentes en la ciudad, entre ellos el Puente de Carlos, el más bonito y famoso de Praga. Es interesante ver como en aparecen pequeñas islas a lo largo del río, que lo acompañan en su paso por la ciudad. Recomiendo ir a la rivera del río cerca del Puente de Carlos por el lado de la Ciudad Vieja; las vistas del puente y del castillo

El Moldava es el río más largo de la República Checa y hoy quiero hablaros de él, a su paso por Praga.
Yo creo que Praga sin el río, no sería la Praga romántica, encantada, de cuento, que todos recordamos o imaginamos.
Lo cruzan muchos puentes y aunque, el de Carlos es el más conocido y es precioso, para mí está demasiado transitado, por eso prefiero otros, que a lo mejor no son tan bonitos, pero tienen te permiten observar tranquilamente, los tejados de colores que arropan el río, el castillo, la catedral, etc.
Pasear por la ribera del río es una pasada, y más si hace frío, y paseas abrigado, con la niebla y el olor a navidad que se respira. Aunque cuando nosotros fuimos, pese a ser Navidad, no nevó ni un copo.

Praga no tendría nada que ver sin su río: el Moldava.
Este río es el más importante de toda la República Checa y a su paso por la ciudad va creando las que son posiblemente las mejores postales de Praga.

Ya que sin él, no existirían los puentes, como el de Carlos, el monumento más importante.
Pasea por su ribera, viendo como chapotean sus patos y ocas; o como los niños juegan en la orilla de la pequeña isla o simplemente, contemplándolo desde sus miradores.
Sin duda, un río precioso.

Praha tiene un nutrido numero de puentes, pero aparte del Puente de Carlos, hay uno frente a la casa danzante, que tiene un encanto especial, por regalar unas vistas de toda la ciudad desde abajo, incluido el castillo de Praga, con un encantador restaurante, con un ambiente casi mágico, y rodeado de cisnes, bastante sociabilizados, un lugar tan pintoresco...De los que parece que solo se ven en las peliculas de Woody Allen, pues existen de verdad en cualquier rincón de este maravilloso país.

No por nada el gran Joaquín Sabina le escribió una canción a ésta bella ciudad. Dentro de tanto paisaje, bellezas, urbanismo, y tanta otra cosa, podemos acercarnos al Moldava y ver estos hermosos patos que hacen las delicias de propios y extraños....

El río con sus barcas, patos, cisnes, puentes enigmáticos y un sin fin de cosas más que cautivan al visitante nada más verlo.