carles
Comida milanesa
Callejeando por Milán te puedes perder. Pero, a veces, perderse tiene su ventajas. Encontramos este pequeño restaurante con pocas mesas (10-12 en el interior y 6 fuera) que, por su aspecto, no llamaba su atención. Lejos de la realidad. Nos atendieron de forma espléndida. Estaba lleno y en 5 minutos nos prepararon la mesa. Nos aconsejaron y recomendaron platos y no fue caro (teniendo en cuenta la localizacion y lo q comimos). Esta en una de las calles peatonales de Breva (barrio antiguo) y siempre esta lleno. Tienen cocina de mercado y cada día hay 3-4 platos nuevos (según nos comento el encargado).
Toda la comida es típica de Milán y su especialidad es el "rissotto milanese". Las pizzas son bueníssimas y de tamaño aceptable y por 10 euros puedes tener una. No hay que perderse la mozzarella di bufala, ni tampoco las flores de calabaza rellenas de burratta (queso fresco típico). De postre, el tiramisú es excelente, aunque la pannacotta y el helado no se quedan atrás. Nosotros éramos 5. Pedimos 2 botellas de vino, 2 san pellegrino, 2 entrantes, 5 platos y 3 postres para compartir y no pagamos más de 30 euros (29 concretamente). Los únicos inconvenientes es q el sitio es pequeño, y si está lleno, estas muy pegado a las otras mesas y q te cobran 2 euros x cada comensal. A pesar de todo, por calidad, precio y situacion le doy un 8,5 sobre 10
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