El hotel está bien, como cosas buenas: la relación calidad/precio, dos noches, tres días con desayuno incluido 108€ en pleno agosto. Mejor pedir las habitaciones reformadas porque están en proceso de reformas y hay habitaciones muy antiguas.
La piscina y el jardín son fantásticos y estå cerca del centro y justo al lado del Carrefour.
Le pesan los años y necesita una manito de pintura en algunos sitios.
Tuve la desgracia de elegir este hotel para celebrar mi boda.
Nunca jamás volveré a celebrar nada en este lugar, ni mucho menos alojarme en él. No es un hotel de cuatro estrellas cuando las toallas están deshilachadas, la higiene es terrible y hay humedades en las suites, el bufé de desayuno es escaso y la atención al cliente es terrible.
El personal te atiende de manera deficiente y con demasiada condescendencia. Celebrar una boda es garantía de llanto asegurada. Su prepotencia es tal que como te descuides te cobran de más por quejarte en tu menú de boda: autoservicio en cafés, pescado crudo y soso en las mesas, cobrarte de más por un postre que ni sirven, demora en servir platos, sorbetes que son trozos de hielo imposibles de digerir.
Un hotel muy acogedor y con buenos servicios. La cama es muy confortable y el desayuno buffet buenísimo!
Los invitados salieron muy contentos con la comida, todo espectacular.