Romeo e Giulietta

¡Me encanta descubrir rincones nuevos! Uno se cree que conoce su ciudad, que ya no hay nada que pueda soprenderte y ¡zas! Te topas con un restaurante que ni siquiera conocías y que te enamora en una noche... Ya he comentado en otras ocasiones que me encanta la cocina italiana, sus sabores, su esencia romántica, pero que a veces es difícil encontrar un restaurante que transmita todo esto fuera de Italia. Pero cuando una tarde encontré un descuento de let's bonus del Romeo e Giulietta, decidí probar, ¡y bien por mí!

Es un restaurante pequeño, con unas pocas mesas dentro del local y otras en la terraza, muy familiar y había muchos clientes que se veían habituales. El trato es exquisito, los camareros son realmente amables y eso le da al Romeo e Giulietta un valor añadido al de su propia carta. El cupón incluía los siguientes platos: carpaccio de ternera con rúcula y parmesano (mmmmmmm, no tengo más palabras); champiñones asados con gambas y queso provolone (no lo había probado nunca, pero me encantó); ravioli cuatro quesos (delicioso si como a mí te gusta el queso azul, porque era el que más se notaba); tortelli pastorella, salsa de ricotta, tomate y albahaca (realmente espectacular); tiras de solomillo con guarnición de verduritas asadas (para mí, lo más flojo de todo, pero también puede ser porque cuando nos lo sirvieron, ya estaba más que llena...); botellita de lambrusco y de postre, un polvito pompeyano (¡qué decir! soy fan de los polvitos en todas sus versiones...)

Las palabras exactas son buen servicio, buena comida y buen ambiente. La única pega es la falta de espacio en el local, puesto que no es un restaurante muy grande. Pero lo recomiendo, por su comida y su servicio, aunque os recomiendo una mesa en la zona exterior.

Mi opinión de este restaurante es que esta bien pero la comida no es nada del otro mundo. Es un italiano tirando a normalito. La decoración es de un estilo romántico y aunque el local es algo pequeño, es muy acogedor.