E.Sonia Requejo Salces
Una cena imperial
Bueno, después de estar rodeada de tantas maravillas y joyas imperiales, la verdad que se presta, reservar en uno de sus restaurante a lo kitsch.
Fue agradable y tan divertido reservar una velada en un banquete real. Verte con un ligero toque personalizado, en el atuendo, tocados muy favorecedores y sin duda un deleite para la vista en la mesa.
A parte de disfrutar de su música tradicional, los platos de la cena real, son un espectáculo. Tan originales en su presentación, como sabrosos, un gran despliegue de dragones y pájaros tallados al detalle y que colorido dignos, de ser fotografiados todos.
Leer más