Entre campos de arroz
Dentro de la ruta Nakasendo, sin lugar a dudas, la más famosa e importante es la que une los pueblos de Magome y de Tsumago.
Todo el camino de senderismo está señalizado con postes de madera en los que también se indican los kilómetros que faltan hasta el siguiente pueblo: son 7,7 kilómetros pero la ruta es bastante sencilla y no hay apenas subidas (de Magome a Tsumago pero no al revés, claro).
Aunque la ruta no discurre exclusivamente por el campo, pues en algunos puntos se atraviesan pequeñas aldeas, sin lugar a dudas lo mas destacado del camino son los paisajes.
Una advertencia, en toda la zona hay osos y unos carteles nos advierten de tal circunstancia y previenen de sus peligros. Por ello, en numerosos lugares estratégicos han colocado pequeñas campanas para que se agiten con fuerza de tal modo que el ruido resuene por las montañas y aleje a los osos que pudieran encontrarse por la zona.
Más o menos a mitad del camino podemos ver una cascada. Pasada esta motad del camino, en ocasiones la senda se alejaba un poco del bosque y era posible toparse con alguna casa tradicional rural japonesa y en una estaban lavando unos tomates y me encantó la escena.
Pero, sin duda, el protagonista de los paisajes, tanto de Magome como de Tsumago,son los campos de arroz que en la época en la que yo fui, estaban muy verdes y sus tallos adquirían una longitud considerable. El contraste de su verde con el azul del cielo y la arquitectura de madera de las casas típicas niponas era impactante. También hay numerosas flores diferentes por el camino.
Poco antes de llegar a Tsumago hay una pequeña subida desde la que se puede contemplar el valle que alberga a la villa.
Por haber recorrido andando los 7.7 kms que separan las villas de Magome y Tsumago se puede recibir un certificado que lo avale en inglés o en japonés.
Para volver a Magome no hace falta caminar de nuevo sino que se puede usar un pequeño autobús local.


