E.Sonia Requejo Salces
Todo un atractivo natural por descubrir y disfrutar
Bueno creo, que ya va siendo hora de que esta viajera del mundo, comparta algunas rutas de senderismo, por esta tierra afortunada e infinita , que para muchos es Cantabria.
Una ruta de unas 4 horas, sencilla y no muy larga de unos 6 Km, por senderos y tramos de pista forestal, en la que se acumula un desnivel de 165 m, por los Valles Pasiegos.
Me uní a un grupo de la mano de un guía de la red de espacios de Cantabria - Naturea. De antemano os diré que fue un acierto, permitiendo adentrarnos por valles, con la tranquilidad de ir acompañada, repleta de datos ofrecidos por su guía, seguros de no perdernos por estas vertientes pedregosas o garma.
Recorrimos un territorio pasiego, denominado el alto Valle del Pisueña . Las praderías de verdes intensos, mágica paleta que a pesar de ser mi tierra , me siguen sorprendiendo, como no entender al visitante que queda fascinado.
Aparecen cabañas diseminadas en el hábitat ganadero, todo un potencial de trabajo en estos valles con ganado en abundancia ¡bueno eso era más antiguamente, hoy las estabulaciones ganaderas grandes, están acabando con estas pequeñas en los prados!
Cabañas que han ido evolucionando, aparece la solana al frente, el soporte de piedra en la fachada, donde dejaban la perola de leche.
La bodega, curvíos, fuente, a día de hoy vimos autenticas casa rurales, dignas de querer tener una en estos parajes.
Valles con prados en pendientes, muy inclinadas para la siega o directamente para el pasto del vacuno o ganado ovejero, excepto aquí por las laderas de la Garma.
Disfrute de ver cabañas de piedra diseminadas, con el tejado con lastras de caliza superpuestas, toda una identidad del valle.
Un hogar dividido para la vivienda , abajo la cuadra para el ganado, pesebres y para el pajar ,donde se guarda el verde ya seco o paja.
Seguimos encontrando un patrimonio ligado a la actividad ganadera de la zona, los "rentiros o fresqueras" naturales en piedra próximas al cauce.
También nos mostró las "tejadas de moscas" donde en dujos se recolectaba la rica miel, había que ingeniarse en aquellos tiempos, sin duda.
Por senderos peoniles junto al río fuimos recorriendo las praderías, los valles, al fondo imágenes desbordantes de los Picones de Sopeña, grandes calizas que sesgan el Valle de Miera. Nos ajustamos a senderos con el río como protagonista, se escuchaba, en tramos se veían los saltos de agua trasparente, supongo que fría.
Un ecosistema ribereño de montañas medias cantábricas, donde se imponen la presencia de arboles como, castaño, roble, hayas, sauces, fresnos, avellanos, espinos y muchos acebos en entornos de helechos maravillosos.
Disfrutamos del bosque primigenio, su vegetación y de su fauna siempre ligada al río, a la zona. Y como meta llegar al nacimiento o cabecera del río Pisueña. Un lugar donde decidimos hacer un picnic, junto al desplome de las cascadas, antes de convertirse ya en Selaya en el río grande, afluente del Pas.
Todo un atractivo natural por descubrir y disfrutar en , Cantabria infinita .
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