Monasterios en las montañas
En el interior de Galicia, se encuentran los Monasterios de la llamada Ribeira Sacra.
Siguiendo la ruta del Sil y luego de adentrarse entre los caminitos de montaña llegamos al San Pedro de Rocas. Es una visión que corta la respiración. Es el monasterio más antiguo (573), incrustado en la roca, conserva sepulcros antropomórficos también construidos en piedra.
El siguiente fue apareciendo bajando la montaña casi enterrado en la profundidad. Se trata de San Esteban de Ribas, transformado en Parador. Se estaba preparando para un casamiento y el ambiente era sumamente festivo, armando mesas en el jardín, con la gente llegando preparada para lo que parecía iba a ser una gran fiesta. A pesar de esto pudimos visitar su magnífico claustro de piedra. No así la capilla que estaban llenando de arreglos florales y colocando la alfombra para el acceso de los novios. Solamente pudimos asomarnos y sacar alguna foto.
Luego de una parada en un mirador sobre el cañón del Rio Sil, continuamos nuevamente por estrechos caminos de montaña hasta Santa Cristina de Ribas del Sil. Este monasterio de origen incierto está rodeado de una espesa vegetación que lo hace parecer en medio de una selva. En su interior se conservan murales del siglo XVIII. Una vez más este monasterio y su entorno me asombran y dejan sin respiración. El ansia de estos monjes de elegir lugares remotos y de difícil acceso, ha dejado el más increíble legado que uno puede imaginar.
El último de los monasterios visitados fue el de Santa Maria, a pesar de tener una posada para peregrinos del Camino de Santiago, está bastante abandonada.
Una de las mejores vistas sobre el cañón del Sil es desde los ¨Balcones de Madrid¨ llamados así porque desde allí las personas iban a despedir a familiares y amigos que viajaban a Madrid en busca de mejores empleos.
Es un recorrido imprescindible para los que visiten Galicia. Mi consejo es que si se tiene un sólo día, no hagan el recorrido en catamarán por más impresionante que sea, VISITEN LOS MONASTERIOS, sobre todo el de San Pedro y el de Santa Cristina.


