Nieve en el Caribe
Recorrer el lado sur de la isla de Bonaire pudiera dar la impresión de un cambio drástico en el paisaje. Grandes montañas blancas se pueden observar a los largo de la carretera, no se trata de nieve, son concentraciones de sal que han sido recogidas y clasificadas por una empresa que se estableció en los años 60 en Bonaire para explotar uno de sus recursos más preciados. Paulina Rodrigues cuenta ya más de 33 años en la compañía, ella junto a otros 50 empleados pertenecen a la nómica de Cargill, un consorcio estadounidense que se dedica explotar en su totalidad este producto. Paulina explica que los terrenos donde se cosecha la sal ocupan unas 37 kilómetros cuadrados (no más del 10% de Bonaire) y que el proceso desde que entra el agua por el espacio llano de la isla hasta que se cristaliza dura unos 4 meses. “Nuestros especialistas hacen cálculos a diario, miden la evaporación, pero todo depende del clima”. En años donde la sequía es muy fuerte la empresa puede cosechar hasta 500.000 toneladas de sal para exportar a Estados Unidos, República Dominicana, Colombia, Puerto Rico e incluso en ocasiones a Venezuela, pues la calidad única de estas piedras hace que el producto sea muy demandado pese a su alto costo de producción y traslado.