Un salto lleno de fuerza
Estar en el Parque Nacional Canaima es descubrir cada día sus bondades. Desde su laguna se dejan ver varios saltos: Ucaima, La Golondrina, Wadaima y El Hacha; hermosos y energizantes. Pero hay uno que, aunque no es el más grande, encierra muchas emociones. Ese es el Salto el Sapo.
Después de navegar por unos minutos la laguna y desembarcar justo al frente del Salto El Hacha, estamos en la isla Anatoliy. Desde allí se comienza una caminata -no muy exigente- de 40 minutos por la selva, por su humedad y su verde apretado. En el recorrido se dejan ver algunos animales y plantas curiosas. Para los que no estén acostumbrados a estas caminatas, es recomendable llevar un poco de chocolate para la energía y buenas botas. Siempre, buenas botas.