Envidio con buenas ganas las ciudades...
Envidio con buenas ganas las ciudades que tienen playa y pueden disfrutar, no digo ya de un buen baño, sino de un paseo por la orilla al anochecer y una puesta de sol.
El astro rey despega su vuelo diario desde el levante y viene a despedir la jornada a este lado del país, a Vigo, que despide la luz solar como un conquistador dispuesto a redescubrir las américas cada día.
En su despedida regala un brillo especial a los grises que destila Vigo y la tranquilidad con la que el invierno cuida de la arena gallega, descubrimos que, realmente, es una pena no vivir en un lugar abierto
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