Pequeña y medieval
Al pasear por la calle Mayor de Ordino, tan animada siempre, con sus bares, restaurantes y preciosas muestras de arquitectura montañesa andorrana, no espera uno encontrarse con esta pequeña joya al final del camino.
Fue en la Edad Media cuando se levantó este templo que sin duda es uno de los más pintorescos y hermosos de Andorra. Remodelada considerablemente entre los siglos XVII y XIX, tiene la peculiaridad de encontrarse situada en lo alto de una peña en la que acaba la calle, por lo que desde su terraza se pueden ver unas vistas del Valle de Ordino realmente impresionantes.
Entremos para sorprendernos con la talla románica de la Mare de Deu de Ordino, una preciosa imagen de la Virgen que sólo mide 44 centímetros de alto, lo que la convierte en una de las más pequeñas de Europa de ese periodo. Acompañándola en el templo encontramos cinco retablos barrocos dedicados a los santos titulares de la iglesia. Cuando salgamos fijémonos en las ventanas. Todas están cubiertas de rejas; ¿y saben quien las hizo? Pues si, la familia Areny-Plandolit.