Un lugar misterioso donde los haya
En el límite entre la provincia de Castellón y Teruel existe un santuario enclavado en la roca que desde tiempos inmemorables ha sido lugar de peregrinaje. Cuenta la historia que allí acudían enfermos mentales a curarse de sus males con rituales exorcistas. En alguna época llegó a ser tanta la afluencia de endemoniados que tuvieron que prohibirse los rituales. En ese momento, tanta era la afluencia de gente, que por las noches, unas mujeres de negro, las Caspolinas, seguían ejerciéndolos. El remedio era hacer una novena tomando polvos negros mágicos (tierra de la roca) y bebiendo agua del manantial.