Sebastian Muñoz
Santuario Nezu
Quizás la primera imagen que se nos viene a la mente cuando escuchamos la palabra “Tokio”, es una masa interminable de luces de neón y tecnología por todos largos. Sin embargo, si decides quedarte un poco más de tiempo descubrirás poco a poco que la capital japonesa tiene muchos más rincones naturales de los que alguna vez imaginaste, y que no hace falta alejarse demasiado del corazón de la ciudad para encontrar un sitio tranquilo y agradable para pasear.
El Santuario Nezu originalmente se erigió hace poco menos de 2000 años en Sendagi. Sin embargo, fue trasladado a la zona de Nezu (cerca del Parque Ueno) en 1706. Actualmente, es uno de los santuarios más grandes de Tokio, ocupando 6,600 metros cuadrados en pleno centro de la ciudad.
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