El edificio religioso más importante de ...
El edificio religioso más importante de Oporto es la Catedral, situada en la zona alta de la ciudad (barrio de Batalha) junto a las murallas primitivas, en una amplia Plaza en la que también se encuentran el Museo catedralicio, un rollo de justicia y el Palacio Episcopal. Para llegar lo mejor es tomar el Funicular dos Guindais, que deja casi al lado. Está declarada Monumento Nacional.
A lo largo de su historia ha sufrido muchos avatares y reconstrucciones, por lo que presenta una mezcla de estilos. Se empezó a construir en el siglo XII: Es románica la estructura de la fachada con las torres almenadas (que más parece una fortaleza que un templo religioso) y el rosetón, así como el cuerpo de la iglesia. Góticos son el claustro y la capilla de San Juan Evangelista (que alberga el sepulcro del caballero de la orden de Malta, João Gordo, con estatua yacente). La mayor parte es barroca: La portada, el pórtico abierto de la fachada lateral lleno de mosaicos de azulejos, las balaustradas, las cúpulas de las torres, así como el retablo del altar mayor.
En su interior hay tres órganos, y la imagen de la Virgen Ntra. Sra. De Vandoma (siglo XIV), patrona de la ciudad, así como otras muchas tallas y retablos ubicados en las distintas capillas. Llama la atención el enorme altar de plata de la Capilla del Santo Sacramento, en el que se representan escenas bíblicas, que está considerado una obra maestra de la platería portuguesa.
El Claustro es gótico del siglo XIV y está decorado con azulejos que reflejan escenas de la vida de la Virgen y Las metamorfosis de Ovidio. Se accede a la parte superior por medio de una escalera, considera una obra maestra, realizada por el arquitecto Nicolás Nasoni. Anexo al claustro se encuentra a Casa do Cabildo, del XVIII, en el que hay distintas tallas y objetos de orfebrería religiosa (el "tesoro de la catedral"); destaca también la sala notarial (con mosaicos de azulejos), la sala capitular (con la imagen en el techo de San Miguel rodeada de pinturas), y los zócalos de azulejo de Lisboa en los que se representan escenas de caza.


