Sea Life London Aquarium

A orillas del Támesis, mezclado con la London Eye y con las casas del Parlamento, encontramos un mundo aparte, un mundo que contiene miles de criaturas que viven en dos millones de litros de agua.

Según dicen son más de 500 especies las que se muestran en una de las atracciones ineludibles si queremos que nuestra visita a Londres sea completa, o casi, porque ya se sabe que la ciudad no se puede ver nunca del todo.
La publicidad que se le ha dado se basa sobre todo en sus 40 protagonistas, que son nada menos que tiburones traídos de varios puntos del planeta y que parecen convivir en varios tanques de agua acompañados por gigantescos moai de la Isla de Pascua. Pero hay más.

Sea Life es más que un museo acuático, es casi un show, con el lugar donde tienes los tiburones nadando en el techo y vas caminando debajo, es muy impresionante. A dentro no puedes sacar fotos. La entrada cuesta 16 libras, si veniste en tren puedes disfrutar de un dos por uno, y si quieres ir luego a la noria de London Eye que está al lado, puedes comprar un boleto junto. Aun así es carito.
Es uno de los aquariums más grandes de Europa. Puedes patrocinar una tortuga o algún animalito y luego te mandan noticias y puedes visitar a menos coste.
A las dos y media de la tarde es cuando dan de comer a los tiburones.

Para quien viaje en familia, con niños, o sin ellos, esta es una experiencia bastante recomendable. Personalmente me sorprendió muy gratamente aquel lugar, y descubrí muchísimas cosas que no sabía de un modo interesante y educativo. En principio fuimos porque estaba lloviendo, pero gracias a eso pudimos pasar una tarde muy agradable. Es un lugar divertido y apto para curiosos.

Es uno de los lugares que hay que ver, la variedad de animales marinos es amplia, y ver los tiburones impresiona, pero hasta que no los ves desde arriba no te das cuenta de lo grandes que son en realidad