La catarata perfecta
Si seguimos por la carretera que nos lleva de Skógafoss a Reykjavic, nos encontramos con una de las cataratas más bonitas de la isla, por no decir la más hermosa.
Con una caída de 60 metros, es de las pocas que permiten pasar por detrás, es decir, disfrutarla en todo su esplendor y desde todas sus perspectivas. Con mucho cuidado, ya que el terreno es muy resbaladizo, tomemos el camino que nos permitirá meternos bajo el estruendo de sus aguas y vivamos un momento realmente mágico ( o romántico para algunos) ya que si tenemos suerte, la luz del sol atravesará la cortina de agua para formar un espectacular arcoiris de vapor de agua y si no, como en mi caso, dará la impresión de que cada gota de agua es como miles de granos de arena que caen desde el cielo.