Pedro Jareño
Una de las cosas más increíbles de la p...
Una de las cosas más increíbles de la película, “Amanece, que no es poco” era, sin duda, que los hombres crecían de los bancales. Y allí mismo, en la orilla del río del pueblo de Ayna, era donde “crecían”. Para recordarlo, se han plantado unas esculturas que recuerdan esa historia y que, verdaderamente, han quedado de maravilla. Es el sitio ideal para los acérrimos seguidores de la película. Para recrearse y reproducir alguna escena. Para acordarse de ella y, sobre todo, reír.
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