Rafael Vilches
Como un zoo, pero merece la pena su visita
La verdad es que esperaba algo diferente a un zoo, pero una vez dentro tiene la misma apariencia y funcionamiento.
Los momentos interesantes para la visita es a las 10 horas y a las 14:30 horas, cuando alimentan a las crías que tienen en cuidado, y con suerte se pueda presentar algún ejemplar adulto, aunque esto último no esta garantizado.
Las crías se ven desde un pabellón acristalado, y no se puede acercarse. El pabellón tiene aire acondicionado, que con las altas temperaturas y grado de humedad se agradece.
Tras la primera comida, el centro cierra a las 11 horas, para volver abrir a las 14 horas, horario de la segunda. Cerrando definitivamente a las 16:30.
Puedes visitar un pequeño centro de interpretación, y una sala de vídeo donde se explica el origen y puesta en funcionamiento por parte de la fundadora.
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