Una aventura fascinante es, tomando...
Una aventura fascinante es, tomando como base a la ciudad de Cuenca, salir por los caminos a descubrir su serranía. La carretera CM 2105 brilla gris y solitaria entre el verde y el amarillo serrano, y el Júcar serpentea a su lado. Nada mejor que cuando en nuestro camino nos acompaña un río... De a ratos se nos acerca, ahora se aleja, parece hundirse en la ventosa Ventana del Diablo, donde desde lo alto me asomo y lo miro. El paisaje es de pura piedra rojiza, espectacular. Al llegar a Villalba de la Sierra dejo la carretera que sigue al Júcar, y tomo el camino que sube hacia Las Majadas, un pequeño pueblo con un entorno de incomparable belleza. Desde aquí salen innumerables caminos y senderos a través de extrañas figuras de piedra e impresionantes cortes calizos cubiertos por pinos y habitados por buitres leonados. La carretera sigue hasta la villa de Poyatos y desde allí, ya con el río Escabas a nuestro lado, llegamos hasta Priego, una antigua villa ubicada sobre un barranco desde donde se ven sus tierras labradas. Otra vez nos vamos atrás de un río: El Guadiela. La CM-210 lleva por un paisaje cubierto de encinas, pinos y enebros hacia la hoz del Beteta, un impresionante cañadón tallado por el río. Más allá, la CM-2106 atraviesa una alta planicie cubierta de pinos y lleva al nacimiento del río Cuervo, un lugar que a pesar de ser un tanto turístico vale la pena conocer. Caminar entre cascadas y fuentes por los senderos húmedos que suben hasta la Muela de San Felipe, una inmensa roca desde donde se ve fluir el agua que luego será río, es una paseo delicioso.