Cerca de todo
Este hotel está situado al lado de uno de los puentes que cruzan al histórico barrio de Gambla Stan y a 5 minutos andando de la estación central de tren. El personal es lo mejor del lugar ya que son muy amables y te ayudan en todo lo que pueden, además, en recepción trabaja un malagueño con lo que no hay problema con el idioma. Las habitaciones son enormes y modernas, está todo muy limpio y hay unas vistas espectaculares al Lago Mälaren, también tienen una cafetera con varios tipos de café y te que puedes tomar en cualquier momento sin ningún coste extra. El único problema como siempre es que el wifi y el desayuno son de pago y no a precios económicos, cuentan bastante dinero.