El barrio de las luces
Si piensas en Tokyo, seguramente que una de las primeras imágenes que te viene a la cabeza es la del cruce de Shibuya, el de mayor tráfico de peatones del mundo con sus pasos de cebra en diagonal.
Aparte del cruce y los alrededores de la estación de Shibuya, donde esperará siempre a su dueño el mítico perrito Hachiko, merece la pena perderse un poco por los alrededores
Toda una experiencia dar un paseo por este barrio y sumergirse en la marea humana que lo puebla. Merece la pena dedicarle una vuelta a toda la zona, no demasiado grande y sencillamente dejarse llevar por el maremagnum de personas, hipnotizarse con los mil carteles de infinitos colores, quedarse sordo con el ruido ensordecedor de la publicidad, la gente, los coches, entrar en cualquiera de sus mil tiendas y restaurantes, observar a la estilista juventud japonesa lucir palmito y originalidad por las calles, ver los comercios que venden cualquier cosa y de cualquier manera, adentrarse en un Pachinko (tragaperras japonesas) de varias plantas aderezados de un ruido insoportable, sorprenderse viendo como la gente solo fuma por la calle en zonas habilitadas para ello..