Arrivée à Istanbul, nous étions épuisé après un long trajet de l’aéroport d’Istanbul jusqu'à l’hôtel.
Finalement, nous avons trouvé un petit restaurant très sympa, tableaux magnifiques à l’intérieur et de nombreux abat-jours.
Nous avons dévoré notre assiette, la kefta était parfumée aux épices, les légumes étaient frais et le pain chaud sorti du four.
Le jus d’orange venait d’être pressé. Ce fut délicieux, pourtant le plat était simple mais les saveurs des aliments furent au rendez-vous.
En désert nous avons dégusté le fameux baklava accompagné d’un the à la menthe.
Llegada a Estambul, estábamos agotados después de un largo viaje en coche desde el aeropuerto de Estambul al hotel. Por último, encontramos un pequeño restaurante muy agradable, hermosas mesas dentro y muchas pantallas de lámparas. Devoramos nuestros platos, la kofta era aromatizados con especias, verduras estaban frescas y el pan caliente del horno. El zumo de naranja se hubiera pisado. Estaba delicioso, aunque el plato era sencilla, pero los sabores de la comida fueron a la cita. Desierto disfrutamos del famoso baklava acompañado por la Casa de Moneda.
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