Un rincón de tolerancia y paz
Una de las "fotografías" más bellas de Turín es, en mi opinión, la foto donde en un primer plano se ven las cúpulas de la sinagoga y, al fondo, la silueta completamente diferente de la Mole Antonelliana, más allá de las colinas y de los Alpes que rodean la capital del Piamonte. Además, estos dos edificios están unidos por un pasado común: poca gente sabe que la Mole en un principio iba a ser un templo judío cuyo ambicioso proyecto fue confiado al genio de Antonelli. Los costes de construcción y también el aumento del precio del ladrillo provocó que la comunidad judía de Turín vendiera al ayuntamiento la Mole, para hacer un edificio más "modesto", así es que en 1884 la nueva sinagoga fue construida, al estilo neo-morisco, elegido a propósito para distinguir el templo de los otros edificios religiosos de la ciudad.