Una de las siete maravillas de la ciudad
En una zona bellísima de la ciudad, de pequeños canales que reflejan el encanto de las antiguas casas. Alejada del bullicio urbano de la Grote Markt y donde llegan pocos turistas se presenta de golpe la iglesia de Santa Gertrudis cuyo campanario nos deja boquiabiertos, sobre todoa última hora de la tarde cuando el sol con sus tonos anaranjados casi hace que brille.
Construida entre los S XIII al XV, su campanario se le considera como una de las siete maravillas de Lovaina ya que no se utilizó ningún clavo de sujeción para construirla.
El gótico vuelva a la carga en esta zona de la ciudad, pero un gótico más sencillo, más de escala humana. Justo en el lateral de la iglesia se encuentran los muros de la antigua abadía y enfrente surge el pequeño beatario, una delicada calle de postal.